A medida que pasaban las semanas, decenas de niños asistían a los estudios bíblicos. Doña Amparo se dio cuenta que no podía hacerlo todo sola y llamó a su hija Natalia y a su yerno Felipe para que le ayudaran.

El número de niños siguió aumentando y otras personas comenzaron a ofrecer su tiempo y a servir como voluntarios. Sin embargo, en 2020, cuando la pandemia mundial empeoraba, el Sr. Horacio fue diagnosticado con una grave enfermedad y la familia no tuvo otra alternativa que abandonar su hogar y poner la propiedad en venta o alquiler, lo que ocurriera primero.

Natalia y su madre oraban apasionadamente para que Dios mantuviera a estos niños estudiando la Biblia en algún lugar. Un día, mientras conducían para firmar los papeles del contrato de arrendamiento con los nuevos inquilinos, recibieron una llamada telefónica. Un matrimonio que había servido en la comunidad con ellos los llamó para ver cómo iba el ministerio. Cuando se enteraron de la situación, no quisieron que se detuvieran los estudios bíblicos. La pareja les dijo: “nos lo alquilan para que el ministerio continue? tenemos 3 meses de arriendo y Dios tendrá que proveer el resto de ahí en adelante”.

Desde entonces, han entrado donaciones de muchas partes del mundo para continuar las enseñanzas bíblicas. Dios ha seguido bendiciendo a esta comunidad no sólo manteniendo las puertas abiertas sino también desarrollando nuevos ministerios que nunca imaginamos fueran posible.

Hoy hay mas de 1,000 niños registrados en la fundación, más de 150 mamás y muchos papás que asisten cada semana para escuchar la palabra de Dios. Por la gracia de Dios, Horacio, el hombre que construyó la casa donde hoy se encuentra Aire, venció su enfermedad y visita la comunidad cada vez que puede.

Ven y únete a lo que Dios está haciendo a través de Aire Eterno a medida que EL expande SU reino aquí en la Tierra.